miércoles, 20 de julio de 2016

TERCERA ENCICLICA PAPA BENEDICTO XVI

CARITAS IN VERITATE


La primera encíclica social de Benedicto XVI lleva por título Caritas in veritate (CIV). Fue publicada el 29 de junio de 2009. Su temática general es la siguiente: “El desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad”. Consta de una introducción, seis capítulos y una conclusión. Recuerda, sintetiza y amplía la temática del desarrollo de la persona y de los pueblos expuesta por Pablo VI en la Populorum progressio (1967) y por Juan Pablo II en la Sollicitudo rei socialis (1987). Dedica amplios espacios al tema de la globalización y de la técnica. Posee una gran carga antropológica y teológica. Y su contenido profundamente humanista parece haber sorprendido en todo el mundo por su carácter radical y exigente. Destacan en dicha encíclica su equilibrio, realismo y optimismo exento de ingenuidad. Benedicto XVI pone el dedo en varias llagas, desde la falta de ética como causa de la crisis financiera a la ineficacia de las instituciones burocráticas para solucionar el problema del subdesarrollo, o desde la corrupción de muchos gobiernos de países pobres hasta las numerosas neurosis que caracterizan las sociedades opulentas.

Fuente

CARTA ENCÍCLICA CARITAS IN VERITATE DEL SUMO  PONTÍFICE BENEDICTO  XVI

1. La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad. El amor —«caritas»— es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz. Es una fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta. Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre (cf. Jn 8,32). Por tanto, defender la verdad, proponerla con humildad y convicción y testimoniarla en la vida son formas exigentes e insustituibles de caridad. Ésta «goza con la verdad» (1 Co 13,6). Todos los hombres perciben el impulso interior de amar de manera auténtica; amor y verdad nunca los abandonan completamente, porque son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada ser humano. Jesucristo purifica y libera de nuestras limitaciones humanas la búsqueda del amor y la verdad, y nos desvela plenamente la iniciativa de amor y el proyecto de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros. En Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad (cf. Jn 14,6).



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